El passive house es un estándar de construcción, el cual enfoca el edificio a un gasto energético prácticamente nulo, a la vez que genera un nivel de bienestar óptimo en el interior de la vivienda, en cualquier época del año.
El concepto se empezó a estudiar en Alemania en los años 80 y se extendió por todo el mundo en muchos edificios, ya sean residenciales como comerciales.
Este tipo de edificios consiguen consumir hasta 7 veces menos energía que una construcción tradicional, y su construcción está enfocada y diseñada para aprovechar al máximo la luz solar en el invierno y mantener el calor en el interior.
Las casas pasivas se convierten así en una opción económica, ya que a largo plazo se consigue un ahorro económico gracias al poco consumo artificial que requieren. Si además utilizamos materiales saludables y naturales, será la casa ecológica por excelencia.
Para conseguir esta eficiencia energética y confort en el interior, las construcciones con certificación «Passive-house», se basan en 5 principios básicos.
El aislamiento térmico, el mayor aliado para conservar la temperatura del interior de la vivienda,.
La prevención de puentes térmicos, que son aquellos puntos en los cuales se debilita el aislamiento, los cuales si evitamos eliminaremos pérdidas de energía.
Hermeticidad al aire, ya que controlando las infiltraciones de aire, conseguiremos un edificio mucho más eficiente.
Ventilación con recuperación de calor, al necesitar una ventilación mecánica controlada para renovar el aire.
Ventanas de grandes prestaciones, optimizando bien la colocación y materiales para no perder energía de manera indeseada.